09 may 2025 Publicado en: Notas de interés
CATENA ZAPATA: INFORME DE COSECHA 2024-2025

La añada 2025 comenzó con un invierno muy seco y cálido, el más seco de los últimos tres años. La temporada de crecimiento siguió la misma tendencia, con una notable escasez de lluvias y temperaturas cálidas constantes, especialmente durante el día. Enero y febrero registraron temperaturas máximas elevadas, que a menudo superaron los 35 °C (95 °F). Un frente frío durante marzo y abril provocó un descenso de la temperatura y lluvias ligeras. Este frente frío, combinado con una humedad ambiental óptima y noches frescas durante toda la temporada, retrasó la cosecha de tintos hasta mediados de abril. La expresividad, concentración, intensidad de aromas y niveles moderados de azúcar que observamos este año cálido, indican que nuestras regiones de gran altitud pueden considerarse resilientes al cambio climático.


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Brotación y Floración

La brotación se adelantó este año, comenzando alrededor del 15 de septiembre en los viñedos de menor altitud y unos 10 días después en las zonas de mayor altitud. Las cálidas temperaturas primaverales propiciaron un rápido crecimiento y una floración temprana, con un excelente cuajado en todas las variedades. Gracias a las óptimas condiciones durante la floración, la producción fue superior a la esperada.

Envero y Maduración

Las condiciones secas y cálidas continuaron durante el verano, que  ocurrió entre el 10 y el 25 de enero, dependiendo de la ubicación y la variedad. Las uvas maduraron de forma constante, con gran concentración de color y taninos, gracias a las bayas pequeñas y al hollejo grueso. Las cálidas temperaturas diurnas aceleraron la maduración, mientras que las noches frescas preservaron la complejidad aromática y la frescura.

Cosecha

La cosecha comenzó temprano en todas las regiones. En el Valle de Uco, la recolección comenzó alrededor del 15 de febrero y finalizó prácticamente a mediados de abril. En Luján de Cuyo, donde las temperaturas fueron ligeramente más altas, la cosecha comenzó el 10 de febrero. Las uvas se presentaron sanas sin enfermedades fúngicas debido a la falta de lluvias.

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Rendimiento y Calidad

Los rendimientos fueron ligeramente superiores al promedio, principalmente debido al cuajado óptimo y a la ausencia de heladas primaverales. La calidad de las uvas es excelente: esta cosecha se caracteriza por su potencia, con un color profundo, aromas intensos y un buen equilibrio entre alcohol y acidez. Las variedades tintas como el Malbec, el Cabernet Sauvignon y el Syrah son muy prometedoras, mientras que las blancas como el Chardonnay y el Semillon/Chenin de gran altitud presentan frescura y un fuerte carácter varietal.

Conclusión

La cosecha 2025 será recordada por su gran pureza, expresividad y concentración. La combinación de un clima seco y cálido, uvas sanas y nuestra habitual temporada de crecimiento prolongado en gran altitud, con noches frescas, ha dado como resultado vinos de notable equilibrio y complejidad. Los enólogos se muestran especialmente entusiastas con los tintos de viñedos de mayor altitud y con los blancos aromáticos de zonas más frías.

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Observaciones por región

Valle de Uco

El invierno fue bastante más frío de lo normal, con temperaturas mínimas más bajas. Las vides permanecieron en reposo vegetativo durante el invierno, el cual se presentó muy frío. La primavera resultó favorable para las plantas, con una óptima brotación y cuajado. El verano continuó con temperaturas adecuadas para un excelente cuajado y desarrollo de la canopia, con un nivel de humedad moderado y sin picos de temperatura, a pesar de que febrero fue más cálido de lo habitual.

Por último, marzo, el mes de la maduración resultó fresco y algo húmedo, lo cual retrasó el proceso de maduración.

Tuvimos granizo en Gualtallary (Viñedo Adrianna) y en El Cepillo (Viñedo Angélica Sur) Sin embargo, gracias a las mallas antigranizo, no se produjeron daños.

Primera Zona – Luján de Cuyo and Maipú

El invierno fue normal en cuanto a precipitaciones, es decir, muy seco. Por otro lado, tuvimos una buena acumulación de nieve en la cordillera, lo que garantizó el suministro de agua durante la primavera y el verano. Respecto de las temperaturas invernales, se presentaron más frías de lo usual.

En contraste, la primavera fue más cálida y húmeda de lo habitual, lo que propició una excelente brotación, sin problemas por heladas, y posteriormente un muy buen cuajado. Como resultado, los rendimientos fueron un 15% superiores a los del año pasado.

El verano comenzó con un poco más de lluvia y temperaturas medias en diciembre, seguido de un enero más cálido y lluvioso, y un febrero muy seco y ligeramente más cálido. Finalmente, en marzo y abril, tuvimos lluvias y un frente frío.

En general, tuvimos un clima muy favorable para el crecimiento y desarrollo de las vides. La adecuada humedad y las temperaturas primaverales moderadas aseguraron un alto número de sarmientos y racimos. La entrada del verano con buenos niveles de humedad y temperaturas cálidas nos permitió desarrollar una canopia vigorosa, con abundante cantidad de hojas realizando la fotosíntesis.

Hacia finales del verano, las temperaturas más altas de lo habitual aceleraron la maduración de las uvas. Sin embargo, en marzo y abril, las temperaturas más frías normalizaron las fechas de cosecha.

                                                                                         


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